Me ha pasado que llego al capítulo diez de una historia, y no hay nada que esté moviendo al personaje principal, no hay una meta establecida ni un arco de personaje en el horizonte.
La tecnología afecta a todo el mundo que estás construyendo. La escritora creativa Julia Martins nos dice lo siguiente: "Las historias de fantasía no se restringen a los mundos que no tienen tecnología.
La autoedición es una parte basic del proceso de escritura para autores aspirantes en el género fantástico. Pulir un manuscrito es clave para asegurar que la historia fluya de manera coherente y que los elementos fantásticos estén bien integrados en el mundo que se está creando.
Crear tu propio universo es bastante difícil y requiere mucho trabajo, pero quizás lo más complicado es saber cómo compartírselo al lector a medida que progresa la historia, sin llenar el libro de texto expositivo y conversaciones aburridas.
Construye Conflictos: Desde batallas épicas hasta luchas internas, los conflictos son el motor de la historia.
Explorar las relaciones entre personajes de diferentes razas, culturas o facciones en un mundo fantástico amplía las posibilidades narrativas y permite abordar temas universales como el prejuicio, la xenofobia o la diplomacia.
Generalmente, el contexto es sumamente útil, ya que orienta tanto al contenidista como al lector/jugador y ayuda al marco de referencia.
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Detalles como la topografía, el clima, la flora y la fauna pueden aportar riqueza y autenticidad a tu creación, permitiendo a los lectores sumergirse por completo en este universo imaginario.
Sus contribuciones han sentado las bases para la literatura fantástica contemporánea y siguen siendo referencias ineludibles para cualquier escritor aspirante en este género.
Además, es importante recordar que la consistencia en la descripción es clave. Los elementos presentados en el mundo ficticio deben mantener una coherencia interna que permita al lector sumergirse por completo en la historia.
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Los nombres de los mundos fantásticos suelen reflejar el sentimiento y la atmósfera del lugar. Un mundo oscuro y arenoso puede tener nombres que suenen con dureza, mientras que un mundo más caprichoso puede tener nombres suaves y bonitos.
Otra forma de idear nombres de mundos de fantasía es utilizar el nombre de un lugar del mundo real y darle un giro de fantasía. Como convertir “Alemania” en “Gerumia”, o “Japón” en “Panajia”.